Hoy 16 de octubre es el día mundial de la alimentación, fue proclamado en 1979 por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación. Su finalidad es concientizar a la población sobre las problemáticas alimenticias mundiales y fortalecer la solidaridad en la desnutrición y otros aspectos.
Es por ello, que queremos reivindicar una alimentación adecuada y de calidad para las personas con parálisis cerebral y otras discapacidades afines. La adecuada alimentación y deglución son aspectos básicos que condicionan la calidad de vida de estas personas. Por ello hemos de tener en cuenta la correcta alimentación, los principales objetivos que se revindican son las adaptaciones de la alimentación en las personas con parálisis cerebral y discapacidad afines, esto podría paliarse, por un lado, con una alimentación segura que disminuya el riesgo de aspiración, atraganta miento o ahogamiento. Y, por otro lado, cubriendo los requerimientos nutricionales e hidratación de cada persona. Las modificaciones dependerán de las características y necesidades específicas de cada persona. Para ello, modificaremos el tamaño (porciones de la alimentación) y la consistencia o textura.
Desde ASPACE Extremadura recordamos la importancia que tiene la comida texturizada para las personas con parálisis cerebral y otras discapacidades afines. Y es que esta técnica les permite realizar comidas variadas, por que mejora su alimentación diaria y en consecuencia su nutrición y su calidad de vida.
Los texturizas son una técnica para la adaptación de los alimentos que permite dotarles de una consistencia adecuada y segura para su ingesta. Los platos se hacen más atractivos a la vista y al paladar, y al mismo tiempo mantienen sus propiedades nutritivas, lo que hace que las personas se sientan motivadas a la hora de la comida. La comida texturizada adquiere un grado de cremosidad seguro para las personas con problemas de deglución, sin alterar el sabor de la comida y manteniendo todas sus propiedades.
En resumen, los texturizados suponen la posibilidad de ofrecer a todas las personas el mismo menú, elaborado con diversas texturas en función de las necesidades de cada uno. Esta técnica permite combinar distintos tipos de adaptaciones de los alimentos en función de las necesidades personales.